El mes de agosto es, para miles de catalanes, un mes de desconexión y descanso. Las intensas olas de calor se sufren de manera especial en las viviendas de barrios como el Raval de Barcelona, barrio diana de nuestra intervención. Respirar aire puro en la naturaleza supone una bocanada de salud física y mental, de manera que, aunque sea por un periodo corto de tiempo, reposan y se quedan latentes las crónicas preocupaciones.